Disminución importante del interés o placer por casi todas las actividades.

Perdida importante de peso, sin hacer dieta. O aumento de peso.

Disminución del apetito.

Insomnio o Hipersomnia.

Fatiga o perdida de energía casi todos los días.

Sentimiento de inutilidad o culpabilidad excesiva casi todos los días.

Disminución de la capacidad para pensar, concentrarte o tomar decisiones.

Nerviosismo, inquietud.

Cansarse sin haber realizado esfuerzo que lo justifique.

Problemas para concentrarse.

Irritabilidad.

Tensión muscular.

Trastornos del sueño.

Preocupación excesiva sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades.

Grandes variantes en la cantidad o calidad del trabajo.

Sentirse enojado u hostil sin razón aparente.

Atravesar periodos de baja actividad mental y otros de pensamiento muy creativo.

Etapas de interés en pasar tiempo en compañía y otras sólo con tus pensamientos.

Periodos de gran optimismo cerca de otros de gran pesimismo.

De repente hacer muchas más cosas que de costumbre.

Constantemente me siento muy acelerado o irritable.

Dormir menos de lo habitual y no necesitar más horas de sueño.

Creer tener derecho de expresar enfado cuando alguien hace algo molesto, e incluso mostrarse agresivo.

Tener la idea de que los problemas surgen porque los otros hicieron algo mal.

Únicamente sentirse mejor después de expresar todo el enfado o rabia.

Creer que no se tiene que tolerar la decepción o el rechazo por parte de otros.

Pensar que la gente debe demostrar apoyo en todo momento.

Rechazar confiar en otras personas, porque se cree que a la mínima oportunidad pueden pisotearte para lograr sus objetivos.

Tener poca tolerancia ante los obstáculos.

Tener un miedo fuerte frente a objetos o situaciones especificas .

Tener miedo a lugares o situaciones donde obtener ayuda o escapar puede ser difícil.

Sensación de ahogo o aceleración del ritmo cardiaco sin ninguna razón aparente.

Estar en esa situación o delante de ese objeto provoca sentirse ansioso.

Los miedos interfieren con tu vida diaria

Los miedos persisten a pesar de causarte dificultades a ti y a quienes te rodean.

Deseo de dejar o reducir el consumo de alguna sustancia sin éxito.

Consumir en grandes cantidades o con mayor frecuencia de la deseada.

Pasar mucho tiempo consiguiendo / tomando / recuperándote de los efectos.

Sentir ansiedad extrema de consumir.

No conseguir rendir lo suficiente en el trabajo, en los estudios o en la vida familiar a causa del consumo.

Continuar consumiendo, incluso si constituye una fuente de problemas en tus relaciones personales.

Seguir consumiendo, incluso si con ello te pones en peligro o a terceros.

Continuar consumiendo, aunque se tenga algún problema físico o psicológico.

Necesitar cada vez para conseguir el efecto deseado.

Hiperactividad.

Problemas con horarios sobrecargados, necesidad de una actividad constante, elegir trabajos demandantes.

Problemas de atención y concentración.

Desorganización e incapacidad para organizar trabajos o tareas.

Dificultad para iniciar y finalizar proyectos.

Facilidad para olvidarse de las cosas.

Cambiar de trabajo constantemente.

Carecer de paciencia para distintas actividades.